Deseos Silenciados: Explorando los problemas sexuales en mujeres.
- Charlotte Pinilla Aguilera
- 12 mar
- 5 Min. de lectura

Introducción
La sexualidad femenina ha sido históricamente un tema envuelto en tabúes, mitos y estigmas que han dificultado la apertura sobre los problemas sexuales que afectan a muchas mujeres. A medida que avanzamos hacia una mayor comprensión de la salud sexual, se hace evidente que los trastornos sexuales en mujeres no solo son comunes, sino que también tienen un impacto significativo en su bienestar emocional y físico. Según el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, quinta edición), estos trastornos abarcan una variedad de condiciones que van desde la disminución del deseo sexual hasta problemas de excitación y dolor durante el coito.
Los problemas sexuales pueden clasificarse en varias categorías, entre las cuales se encuentran:
Trastorno del deseo sexual hipoactivo: Se caracteriza por una disminución o ausencia del deseo sexual que causa angustia o problemas interpersonales. Factores como cambios hormonales, problemas psicológicos y relaciones interpersonales complejas pueden contribuir a este trastorno.
Trastorno de la excitación sexual femenina: Implica la incapacidad de experimentar una respuesta de excitación sexual adecuada, que puede manifestarse como falta de lubricación o sensación de excitación. Estrés, fatiga y trastornos médicos son algunos de los factores que pueden influir en este trastorno.
Trastorno orgásmico femenino: Se define por la dificultad para alcanzar el orgasmo después de una fase de excitación sexual normal. Problemas de comunicación en la pareja, experiencias sexuales negativas previas y condiciones de salud son factores relevantes.
Trastorno de dolor durante el coito (vaginismo o dispareunia): Incluye dolor genital persistente o recurrente durante las relaciones sexuales, y puede estar causado por factores físicos o psicológicos, como un historial de trauma sexual o condiciones médicas.
Trastornos sexuales relacionados con condiciones médicas: Estos problemas sexuales pueden ser secundarios a enfermedades físicas, trastornos endocrinos o neurológicos, así como a efectos de medicamentos y cirugías.
Variables de Pareja
El DSM-5 también destaca la importancia de las dinámicas de pareja en la manifestación y el tratamiento de los problemas sexuales. La calidad de la relación, la comunicación efectiva y la intimidad emocional son factores críticos que pueden influir en la salud sexual de las mujeres. Algunas variables de pareja a considerar incluyen:
Comunicación: La falta de comunicación abierta y honesta entre los miembros de la pareja puede llevar a malentendidos, resentimientos y conflictos, que a su vez pueden afectar la vida sexual. La capacidad de expresar deseos, necesidades y preocupaciones es fundamental para mantener una vida sexual satisfactoria.
Expectativas y deseos sexuales: Diferencias en los niveles de deseo sexual y en las expectativas sobre la intimidad pueden generar tensiones en la relación. Es esencial que ambas partes puedan discutir sus deseos y necesidades sexuales sin juicio, para encontrar un terreno común.
Apoyo emocional: Un ambiente de apoyo y comprensión puede facilitar la superación de los problemas sexuales. Las parejas que se sienten emocionalmente conectadas y apoyadas son más propensas a abordar y resolver los desafíos sexuales que puedan enfrentar.
Experiencias compartidas: Las vivencias sexuales previas, así como la historia de la relación, pueden influir en cómo se perciben y manejan los problemas sexuales. Las experiencias negativas pasadas pueden afectar la intimidad y la confianza en la pareja actual.
Tensión y estrés externos: Factores externos como problemas laborales, estrés financiero o responsabilidades familiares pueden trasladarse a la relación de pareja, afectando la vida sexual. La forma en que las parejas manejan estos factores de estrés es crucial para mantener una conexión íntima.
Estilo de afrontamiento: Cada miembro de la pareja puede tener diferentes formas de manejar el estrés y los conflictos. Si uno de los miembros tiende a evitar el conflicto mientras que el otro es más confrontativo, esto puede generar malentendidos y frustraciones que impacten en la vida sexual.
Compromiso y conexión: El nivel de compromiso y la calidad de la conexión emocional entre los miembros de la pareja influyen significativamente en la salud sexual. Una relación sólida, basada en el respeto mutuo y la confianza, facilita la exploración y resolución de problemas sexuales.
Beneficios de la Psicoterapia para los Problemas Sexuales en la Pareja
La psicoterapia puede ser una herramienta eficaz para abordar problemas sexuales en las parejas, ofreciendo múltiples beneficios que facilitan la comunicación, la intimidad y el bienestar general. Algunos de los beneficios incluyen:
Mejora de la comunicación: La psicoterapia proporciona un espacio seguro para que las parejas expresen sus pensamientos y sentimientos. Un terapeuta puede ayudar a facilitar conversaciones difíciles y a enseñar habilidades de comunicación efectiva.
Identificación de patrones disfuncionales: La terapia permite a las parejas identificar y comprender patrones disfuncionales que pueden estar afectando su vida sexual. Esto puede incluir creencias erróneas, expectativas poco realistas o formas de interacción poco saludables.
Fortalecimiento de la intimidad emocional: La terapia promueve una mayor conexión emocional entre los miembros de la pareja, lo que puede conducir a una vida sexual más satisfactoria. Al trabajar en la intimidad emocional, las parejas pueden sentirse más seguras y apoyadas en su relación.
Resolución de conflictos: La psicoterapia enseña técnicas de resolución de conflictos que pueden ayudar a las parejas a abordar desacuerdos y tensiones de manera constructiva, lo que reduce la ansiedad y el estrés en la relación.
Educación sobre la sexualidad: Muchos terapeutas incluyen la educación sexual como parte de la terapia, ayudando a las parejas a comprender mejor la fisiología, la sexualidad y los factores que pueden influir en su vida sexual.
Manejo del estrés y la ansiedad: La terapia puede proporcionar herramientas y estrategias para manejar el estrés y la ansiedad, lo que puede afectar negativamente la vida sexual. Esto incluye técnicas de relajación, mindfulness y otras estrategias de afrontamiento.
Empoderamiento individual y de pareja: A través de la terapia, los miembros de la pareja pueden desarrollar un mayor sentido de empoderamiento y autoconfianza, lo que les permite abordar problemas sexuales con una mentalidad más positiva y proactiva.
Estos beneficios resaltan la importancia de considerar la psicoterapia como una opción válida y efectiva para las parejas que enfrentan problemas sexuales, promoviendo no solo la salud sexual, sino también el bienestar emocional y la calidad de la relación.
Conclusión
Los problemas sexuales en las mujeres son multifacéticos y requieren un enfoque holístico que no solo se centre en los síntomas físicos, sino que también contemple los aspectos emocionales y relacionales. El impacto de estos trastornos puede ser devastador, afectando la autoestima, la calidad de vida y las relaciones interpersonales.
A medida que la sociedad avanza hacia una mayor apertura y aceptación de la sexualidad, es esencial que se proporcione educación y recursos adecuados para ayudar a las mujeres a abordar sus preocupaciones sexuales de manera efectiva.
El tratamiento debe ser personalizado e incluir enfoques terapéuticos como la terapia cognitivo-conductual y la educación sexual, además de considerar la posible intervención médica en caso de trastornos físicos subyacentes.
Fomentar una comunicación abierta y honesta entre las parejas es igualmente vital para crear un ambiente de confianza y apoyo. Al final, la normalización de las conversaciones sobre la salud sexual femenina y la reducción del estigma asociado son pasos fundamentales para mejorar la calidad de vida de las mujeres y empoderarlas en su sexualidad.
Bibliografía
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